jueves, 1 de septiembre de 2011

Encina. Árbol de España por excelencia


Encina Tres Patas de Mendaza (Navarra)
 Uno de los ejemplares mas hermosos
y mas longevos (1200años) de España

Características:

Altura aprox: 5 a 25 m.
Familia: Fagaceae.
Sinonimia: O. smilax L., O. sempervirens Mill., O. alzina Lapeyr.

   Quercus ilex L. Su nombre latino Quercus proviene del celta Kaérquez, árbol hermoso, e ilex, de ilicis, ilicina, alcina, encina
   La encina es poco exigente en cuanto a la naturaleza mineralógica del suelo, pues vegeta con lozanía en los suelos arenosos y sueltos procedentes de la des­composición de rocas graníticas o de cuarcitas, si bien parece abundar más en los terrenos calizos. Prefiere un terreno seco o ligeramente fresco a los muy húmedos; es especie muy frugal.
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   Temperamento robusto como especie de luz que es; su crecimiento es poco rápido al principio, mientras que el crecimiento del sistema radical es mucho más activo que el del sistema arbóreo.

   La raigambre se clava fuertemente con una raíz principal alargada, quebradi­za y casi sin ramificaciones al principio, pero después desarrolla raíces gruesas y profundas cuando el terreno lo permite, pero en los suelos de poco fondo, las raíces laterales se extienden a gran distancia del tronco y proporcionan numero­sos renuevos o hijuelos.

   La corteza es de color pardo negruzco con grietas transversales y longitudi­nales de poca profundidad.

   Su tronco es derecho o algo torcido abriéndose su copa a poca altura. En su conjunto forma una copa bastante ancha y redondeada que da mucha som­bra durante todo el año pues su follaje es perennifolio. Su ramaje muy denso e intrincado tiene las ramas muy rígidas, tortuosas o flexuosas. Las ramillas jó­venes son pubérulas y los brotes nuevos pubescentes. Las yemas son peque­ñas, oviformes, obtusas, con escamas pardo-rojizas, lampiñas.

   Las hojas son persistentes, alternas, coriáceas, verdes en el haz, grisáceo­tomentosas por el envés, elípticas arredondeadas o aovado-oblongas, con dien­tes espinosos y 15 a 20 nervaduras secundarias, de unos 2 a 6 cm de largo y 1,5 a 3 de ancho y con corto pecíolo velloso.

   Los amentos masculinos son numerosos, colgantes, de 3 a 6 cm de longitud y color verdoso amarillento.
   Las flores femeninas, aisladas o en grupos, con ovario velloso y cuatro estig­mas patentes, recurvados, rojizos, dan origen a frutos solitarios o gemelos sobre pedúnculos muy cortos que maduran en octubre-noviembre.

  Detalle de la bellota, hojas y tronco

   El fruto es una bellota alargada, de 2 a 3 cm de largo y 1,5 cm de grosor, sabor agradable cuando se le ha desprendido de corteza y piel. Está rodeada en la base por una cúpula grisácea pubescente, semiesférica con escamas em­pizarradas y obtusas, poco levantadas las superiores.
   Se reproduce por semilla y por brotes de cepa y de raíz.

   La encina es un magnífico Quercus siempreverde con follaje de color verde oscuro que extiende sobre un tronco potente una imponente arquitectura de ra­mas densamente frondosas e introduce en el suelo de roca profundas raíces muy sólidas.


Distribución:

 Árbol iberico por excelencia

   La encina es el árbol ibérico por excelencia.
   Se extiende por prácti­camente todas las provincias espa­ñolas, llegando a ocupar una super­ficie de 2889 341 ha, el 24,51 % del área arbolada de nuestro país.
    Falta en las provincias gallegas aun­que en el Sur de Lugo existen enci­nas aisladas que vienen a enlazar­se con rodales de la provincia de Orense. Escasea en Murcia y Ali­cante y no se encuentra en las Is­las Canarias. Vive desde el nivel del mar (Andalucía, Santander, etc.) hasta los 2000 m en Sierra Nevada, pero los mejores montes encinares se en­cuentran entre los 200 y 800 m de altitud.

   Al abonarse aumenta con la producción cerealista paralelamente la produc­ción bellotera. La producción media es de 550 kg de bellota por hectárea pero los buenos montes de Badajoz, Cáceres, Salamanca, Huelva y valle de Alcudia (Ciudad Real) producen 700-800 kg/ha.

   La encina es una especie arbórea que proporciona bajo su copa un tapiz her­báceo de crecimiento doble que en terreno raso y da amenidad y jugosidad a la ingestión de la bellota. En los encinares de Salamanca, Cáceres, Badajoz y Huelva, la flora espontánea que nace entre y bajo las encinas contiene más de veinte especies distintas de trébol silvestre y más de 8 o 10 de mielgas o alfalfas silvestres. Ello hace que el pasto sea muy rico en proteínas y el suelo se mejore grandemente, merced a la síntesis de nitrógeno atmosférico por las raíces de las leguminosas citadas.

   Se convierte entonces en un verdadero parque natural y en primavera
y otoño el suelo se cubre de un tapiz verde lujuriante donde pastan los ganados.
En el nordeste y centro meridional la encina forma el maquis o garriga en asociación con el lentisco, el madroño, la coscoja, los brezos, las jaras, etc., que forman un muro compacto que sólo se arriesgan a atravesar los jabalíes y otros habitantes selváticos de este ambiente.
   La encina ha sido usada escasas veces como ornamental pera ejemplares hermosos y siempreverdes adornan la Plaza de Cataluña (Barcelona).

   El Quercus ilex L. se extiende principalmente por la región mediterránea, Por­tugal, Norte de España y Oeste de Francia. Muy afín es la encina de bellotas dulces (Quercus rotumdifolia Lam., Quercus bellota Desf.), a menudo tratada como una subespecie de la anterior a la que reemplaza en el Sur y Oeste del país.

   En la montanera se aprovecha no sólo la bellota sino también la hierba, los bulbos de la gramínea Poa bulbosa. Las leguminosas silvestres y sus semillas, los frutos del trébol subterráneo, todos ellos parecen tener un importante papel en el equilibrio de la dieta.
   En el alcornoque caen en septiembre las bellotas primerizas, brevales o san­migueleñas, las más gruesas: en octubre-noviembre se da la cosecha fuerte de segunderas o medianas; a finales de enero maduran las tardías o palomeras por ser muy buscadas por las torcaces. Este escalonamiento de la fructificación da lugar a un largo período de montanera. Se consigue en las buenas dehesas la alimentación con bellota y castaña de noviembre a febrero.

   En Castilla se le llama: Encina dulce, encina de bellotas dulces, chaparra, mata parda (Centro), matacalles (Murcia), coscolla negra (Alcor) chavasco (Albarracíni, encino, marrasca, carrasco, chaparro común. Cataluña.: Aglanar, alsina, alsinera, alzina, aulina, auzina (Baleares), carrasca vera (Valencia). Euskera.: Aritx, arta, arte, artea. Galicia.: Enciño. Portugal.: Azinheira.

   Hay ejemplares magníficos en Canta­bria, siendo el más destacado «La Encinona» situado en Anaz, en el Ayuntamiento de Medio Cudeyo. Tiene 5,90 m de perímetro por la parte más estrecha del tron­co; en la base junto al suelo mide 10 metros y la envergadura de su copa casi llega a los 40 m.

   En la región catalana existe también el ejemplar gigante de Palau de Plega­rnans, con el tronco de más de 4 m de circunferencia. Es un hecho curioso que algunas veces se han dado audiciones de sardanas, dispersos los músicos por el ramaje, mientras el pueblo bailaba la típica danza alrededor del tronco.


Época de Floración:

   Florece en abril-mayo.
   Las flores femeninas, aisladas o en grupos, con ovario velloso y cuatro estig­mas patentes, recurvados, rojizos, dan origen a frutos solitarios o gemelos sobre pedúnculos muy cortos que maduran en octubre-noviembre.


Generalidades:

   Oficialmente se ha considerado a la encina árbol nacional de España; al igual que el roble común es el alemán, el pino piñonero el italiano, et arce sacarino el canadiense, el araguaney el venezolano y el serbal de cazadores el irlandés por las siguientes razones:

a)   Tener ejemplares excepcionales que atestiguan una longevidad de 700 o más años y que alcanzan unas tallas gigantescas por encima de las normales de la especie.

b)   Por estar representada la encina prácticamente en todas las provincias espa­ñolas, llegando a ocupar el 25 % de la superficie arbolada de nuestro país.

c)   Por ser árbol productor de excelente madera de carboneo o de parquet y así­ mismo una especie frutal que rinde cantidades ingentes de bellota con la que se alimenta nuestra cabaña nacional en los otoños que en gran parte de los años son secos,

d)   Porque es el elemento fundamental de la dehesa, agricultura racional de la España seca, al aprovecharse el fruto y su ramón, y al mejorar con su bom­beo de bases del subsuelo el pobre suelo vegetal que se enriquece con las hojas y detritus que se desprenden del árbol.

e)   Porque la encina es la base de la que proponemos se parta para repoblar los cinco millones de hectáreas que los forestales estiman irrecuperables; una vez arraigada bien la encina, se introducirán las Resinosas más adaptadas: pinos, enebros, sabinas, cipreses, cedros, etc.

f)   Porque es un árbol eminentemente sustentador de caza, tanto mayor como menor.

g)   Porque brota bien de cepa y si hay un infortunio de un incendio, se perderá el vuelo arbóreo pero la raíz brotará con tanta más fuerza cuanto más vigoro­sa sea la encina quemada.

h)   Porque la encina es poco exigente en cuanto a la naturaleza mineralógica del suelo, pues resiste tanto los suelos sueltos y arenosos como los graníticos o cuarcíticos y los calizos.
i)   Porque es especie muy frugal prefiriendo un terreno seco o ligeramente fres­co a los muy húmedos y son aquellos terrenos los que abundan en España.

j)   Porque con sus diversas variedades, la encina es una especie ornamental y ya nuestros antepasados los celtas hacían que sus sacerdotes o druidas ado­rasen a estos árboles hermosos.

   Por todas estas razones aducidas y otras se atribuye como árbol nacional español.

   La encina es uno de nuestros árboles más longevos pues se encuentran ejem­plares de 700-800 años. Hay varias encinas en Cantabria que quizás alcancen los mil años.

   Su madera es muy dura, oscura, compacta, difícil de trabajar y de gran flotabili­dad.  Proporciona leñas inmejorables y también suele carbonearse. En carpinte­ría se utiliza para parquets. Madera dificil de trabajar, por lo que se emplea para fabricar piezas que tengan que soportar gran rozamiento, como en carros, arados, parquets, herramientas (especialmente para la ebanistería), etc., así como en pequeñas obras hidráulicas y en la construcción como pilares o vigas. Además resulta una excelente leña para quemar y para hacer carbón vegetal. Leña y carbón de encina constituían hasta el primer tercio del siglo XX los principales combustibles domésticos en amplias zonas de España.
La corteza cuenta con gran cantidad de taninos, por lo que es muy apreciada en las tenerías para curtir el cuero (especialmente utilizada en Marruecos), y junto con las hojas y bellotas machacadas se prepara un cocimiento que resulta ser astringente y útil para desinfectar heridas.
   Su fruto alimenta en la montanera a grandes piaras de cerdos de raza ibérica, dando a su magro un sabor característico y exquisito que ha recibido en el entorno de la Sierra de Huelva, la denominación de origen de Jabugo.

   La vaca y la oveja rebuscan las bellotas dejadas por los cerdos. La encina se beneficia del cultivo alternado en quintos, cuartos o tercios sembrándose y abonándose una vez cada cinco, cuatro o tres años.

   Como sistema complejo agro-silvo-pastoril integró usos muy di­versificados: ovejas, caballos, burros, cerdos, pavos y eventualmente cabras, abe­jas y piscicultura (temas) y caza con agricultura, producción de leña, carbón, corcho, etc. con un sistema de escaso gasto de energía y notable estabilidad ecológica.

   La destrucción de los olivares y las dehesas tendría repercusiones interna­cionales a través de la importante cantidad de aves insectívoras del Centro y Norte de Europa que perderían su centro de invernada; millones de urracas capirota­das, mosquiteros, petirrojos, y zorzales de Suiza, Alemania, Holanda, Suecia, etc., no podrían ejercer su influencia en las cosechas.


   Los centros álgidos de cría y mercadeo de los productos del cerdo ibérico, los santuarios de su chacinería empezando por el jamón ibérico y la caña de lomo embuchado son:

- Candelario (Salamanca)
- Ledrada (Salamanca)
- Jabugo (Huelva)
- Piornal (Cáceres)
- Montánchez (Cáceres)
- Cortegana (Huelva)
- Cum­bres Mayores (Huelva)
- Zafra en Badajoz por su feria de ganado.


   Los antiquísimos bosques litorales y los de las primeras alturas de la Sierra Mariánica y de Aracena estaban formados por poderosas encinas que alcanza­ban algunas veces alturas gigantescas. Estos encinares se extendían por la ver­tiente norte de Sierra Morena y por las sierras de Extremadura y de la Peña de Francia. Luego se extendieron por los pisos montanos de estas regiones formando los grandes encinares de Extremadura, del Valle de Alcudia y de Salamanca. Más al norte, la encina cubre montes al haberla despejado de los campos de cultivo y cuando alcanza el norte peninsular se presenta en ejemplares majestuosos, como en Cantabria y Cataluña. Toda España estaba cubierta de encina y de he hecho el dicho de que una ardilla podía cruzarla sin pisar el suelo

   En los bosques del Sudoeste ibérico, anida el buitre leonado y gran parte de la fauna ibérica. En invierno, la población europea de grullas vuela a los encina-res de España y centro y sur de Portugal.
Desde el punto de vista ecológico, la conservación del encinar ibérico tiene un interés no sólo nacional, sino eminentemente europeo.
Desde una perspectiva paisajística, la dehesa constituye casi un parque arbolado, grato a la presencia humana, y el mejor bastión para defender de la erosión unos suelos pobres, poco profundos y fértiles.

   Cuando el antiguo bosque siempreverde del Oeste Ibérico se ha humanizado y se ha convertido en monte alto ahuecado o adehesado, la encina queda aso­ciada al quejigo, al rebollo, al alcornoque, al mesto y en la sierra de Huelva al castaño.

   La encina era considerada de hecho como árbol feliz y divino; ya los griegos lo habían dedicado a diversas divinidades. No pocas ciudades fueron fundadas allí donde existían grandes plantas de encina, casi para auspiciarse la fortuna y la prosperidad.

   Los druidas o sacerdotes celtas danzaban ritualmente alrededor de las encinas.

  Mucho se podria hablar de este hermoso árbol. Ejemplar en toda la España Iberica. Pero no cabría en este Blog.

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