Características:
Familia: Fagacae
Sinonomia: Castanea vesca Gaert, Castanea vulgaris Lamk, Castanea castanea Karst, Fagus castanea L.
Castilla: Castaño Común, regoldo, castaño regoldano (el silvestre). Cataluña: Castanyer. Euskera: Gaztainondo, gaztaña. Galicia: Castañeiro, castiñeiro, castiro. Portugal: Castanheiro
Árbol de tronco derecho, grueso y corto capaz de alcanzar los 35 m de talla.
Sistema radical muy desarrollado, casi tanto como los robles. Las raíces laterales dan brotes o renuevos y además el castaño brota bien de cepa. Corteza verdoso pardusca y agrietada longitudinalmente.
La copa es frondosa y amplia, casi esférica, muy ramosa en los castaños injertados, más limpia en los silvestres que crecen en conveniente espesura.
Ramas gruesas y rectas, las inferiores patentes o subpatentes en los pies cultivados añosos. Ramillas con lenticelas sin yema terminal. Yemas gruesas, ovoideas, obtusas o puntiagudas.
Las hojas, caedizas (aunque en el otoño se conservan bastante tiempo secas y de color marrón) y alternas, son lanceoladas, tres a cinco veces más largas que anchas, con 15 a 20 nervaduras secundarias a cada lado del nervio principal, con el contorno aserrado regularmente y provisto de pequeños dientes agudos, glabras en ambas caras, verde fuerte y brillantes por encima y verde más claro y mates por el envés, de breve pecíolo.
Detalle de hojas y frutos
Las flores masculinas se disponen en amentos alargados, interrumpidos, delgados, por lo común erguidos, de color amarillento y olor desagradable. Están formados por glomérulos de 5-6 flores, a veces hasta 10, con una bráctea común ligeramente trilobulada. La flor masculina tiene periantio doble, trímero, con 8 a 12 estambres salientes y un rudimento de ovario. Una vez abiertas las flores, el amento parece continuo.
Las flores femeninas, en grupos de 2 a 5, generalmente tres, están dispuestas en la base de los amentos masculinos, protegidas por un involucro común, que después de fecundadas las flores, se transformará en una cúpula o envoltura coriácea, gruesa, armada de púas, agudas (de ahí el nombre de erizo, que recibe) con dos o tres castañas en su interior y abriéndose en cuatro valvas al madurar en septiembre a noviembre. Las flores masculinas y femeninas están juntas sobre el mismo árbol (es planta monoica).
El fruto, la castaña es una nuez ovoidea a subglobosa, ancha, con cicatriz de inserción en la base, pericarpio duro, lustroso, con el típico color castaño, tomentoso-afelpado en el interior, con simiente comestible rodeada de tejidos membranosos.
Detalle de las castañas dentro de su cúpula abriendose
Su crecimiento es grande y rápido, a veces 1,5 m por año. El castaño es muy longevo, llegando a vivir muchos siglos.
Madera heterogénea, de color amarillo claro que al envejecer toma tonalidades más oscuras. Duramen y albura bien diferenciados, semipesada (densidad normal al 12 % de humedad de 0,665 a 671), semidura, con líneas oscuras en el despiezo tangencial. Anillos anuales bien diferenciados, destacando por su anchura la zona de otoño con relación a la de primavera. La madera es de duraminización rápida, la albura muy poco extensa.
Distribución:
Aunque parece ser que los países originarios del castaño son las partes de Asia y de Europa que rodean inmediatamente el mar Mediterráneo, el castaño se ha asilvestrado en nuestro país de tal modo que los anglosajones lo llaman castaño de España.
En pies aislados o en pequeños rodales se halla el castaño en casi todas las provincias; se cita en Valencia y Murcia y abunda en el Noroeste, Norte, Nordeste y Centro; sobre todo en Galicia, Asturias, Cantabria y Vascongadas, Cataluña, Cáceres, Ávila y Salamanca y en el Sur y Sudeste, en Huelva y Granada.
Como árbol silvestre o de monte (no injertado), el castaño regoldo cubre extensiones de la cordillera que separa la Extremadura Alta de Salamanca y Ávila con ejemplares magníficos en las sierras de Béjar y Hervás, en Málaga en la Serranía de Ronda y algunos rodales en Sierra Morena y las sierras del Norte de Badajoz limítrofes con Cáceres y Toledo.
En las islas Canarias, hay en Tenerife espléndidos rodales de castaño intercalados entre los cultivos ordinarios; en la isla de la Palma hay en Tazacorte copudos castaños y en el resto de la isla bosquetes y pies aislados; en Gran Canaria está representada la especie en Los Pasitos, Teror, etc.
Los antaño extensos castañares españoles están siendo diezmados desde hace tiempo por una virulenta enfermedad fungosa llamada «tinta», denominada así por la coloración negra que bajo la corteza va tomando la zona atacada. Cuando la enfermedad logra el anillamiento completo del cuello, muere el árbol, tras un período de progresión del mal de duración variable. Para atajar esta enfermedad y otra, también fungosa el chancro, se ha recurrido a la aclimatación de patrones exóticos. Así el Castanea crenata Steb y Zucc. del Japón y Castanea mollissima BI. del Este de China se han cultivado en viveros de Galicia y se han injertado con el castaño de España. Los patrones exóticos requieren climas suaves, húmedos, y templados adecuados para el Norte pero impropios para el Centro o Sur. Son de más lento desarrollo que el sativa.
El castaño ocupa hoy en España una superficie de 126 558 ha, el 2,05% de la superficie arbolada de frondosas y el 1,07% de la arbolada total.
Llamado "El abuelo" castaño centenario
El Tiemblo (Avila)
Época de Floración
Las flores aparecen después de las hojas en mayo-junio.
Generalidades:
La llegada de los castaños a la península Ibérica hay que agradecérsela al Imperio Romano, la afición de los romanos por este fruto originario de Italia, les llevó a extender esta especie por todo el Imperio, llegando hasta nuestros días siendo ya considerada como una especie autóctona.
Es especie de media sombra, poco robusta o algo delicada cuando joven;
requiere abrigo en su primera edad en las exposiciones más frías y calientes.
Vive desde el nivel del mar (Galicia, litoral cántabro) hasta los 1500 m de altitud en Sierra Nevada. Los mejores castañares frutales están entre los 200 y 600 m y como productor de maderas, hasta los 1000 m. En el Centro y Mediodía de España, prefiere las exposiciones frescas del Norte y Nordeste.
El castaño es una de las plantas arbóreas más bellas y majestuosas de nuestro país. Los castañares constituyen un ornato incomparable en muchas partes. Moverse en el ambiente de castañares vetustos, bajo la vasta copa verdeguean-te, hace respirar una atmósfera de serenidad, de solemnidad apagada y luminosa que es el preludio de los más grandes esplendores de la floresta mediterránea. La actual decadencia de nuestros castañares parece favorecida por un cierto descuido cultural, consiguiente a la depreciación de sus productos tradicionales: los frutos, su madera y sus leñas.
La madera es enteramente comparable a la del roble común. Se distingue de ella por la ausencia de radios medulares anchos, de las manchas características del roble.
Mueble de castaño mazizo en su color original
Los castaños llegan a adquirir extraordinarias dimensiones citándose ejemplares como el renombrado castaño de los cien caballos, en las faldas del volcán Etna (Sicilia), cuyos jinetes al mando de la reina Juana de Aragón se acogieron a la vez bajo la frondosidad de su enorme copa.
Majestuoso Castaño
El corazón es muy rico en taninos. Es particularmente duradero como el roble.
La utilización de las maderas de grandes dimensiones se hace por la ebanistería, la carpintería y la construcción. En monte bajo, en turnos de 5 a 6 años, las guías de castaño proporcionan varas para cestería, cuévanos, aros de barrica. En turnos de 30 a 50 años, postes de telégrafos, viguetas, duelas para barriles y toneles.
La madera del castaño sirve también para la fabricación de extractos curtientes. Los residuos de esta extracción sirven para la fabricación de pasta de papel que se incorpora a la pasta de resinosas para dar papeles de bella calidad. A partir de la pulpa de castaño destaninizada, mezclada con ciertas especies como el haya, se fabrican tableros de fibras duras de excelente calidad empleados en los revestimientos de puertas, de tabiques etc.
La producción española de madera de castaño es de 147 600 m3 de cortas anuales y de leña, unos 165000 estéreos.
Como combustible, la madera de castaño tiene el inconveniente de estallar; inferior al roble desde este punto de vista, da una mediocre madera de calefacción.
El fruto, comestible, se consume crudo, cocido y asado marcando la aparición de las castañeras en las ciudades el comienzo de los fríos invernales. La castaña de los regoldos sirve para la montanera.
El castaño reviste igualmente un gran interés ornamental en las variedades distintas del tipo: pyramidalis, pendulifolia, latifolia y discolor
Las infusiones de la hojas se usan en las afecciones respiratorias, siendo un remedio popular contra la tos ferina. Muy utilizado en homeopatía.
Los castaños silvestres producen ordinariamente castañas pequeñas y de calidad muy mediana. Para mejorarlas, se utiliza el injerto. La costumbre del injerto varía en Francia, Italia y España. Entre nosotros es corriente desmochar a fines de invierno o a la entrada de la primavera los pies que han de servir de patrón. Después se dejan solamente los brotes que habrán de injertarse al año siguiente o a los dos años. El injerto es de canutillo en los castañares de la sierra de Arasena, de púa en el Norte, Noroeste, etc. Para ligadura se emplean cordones de lana, rafia, juncia, etc. y se usan varios mastiques a base de cera amarilla, trementina, pez blanca o negra o sebo.
Tradicionalmente se empleó como fuente energética para la población campesina, tanto mediante el consumo directo como en diversas recetas gastronómicas, y también como alimento para los animales domésticos (fundamentalmente cerdos), pero perdió su lugar de importancia en la dieta europea con la llegada de la patata de América. Esta sustitución en el papel alimenticio que tenía en la castaña fue tan importante que en algunas regiones, como Galicia, todavía hay lugares donde se llaman castañas a las patatas (igual que en francés las patatas reciben el nombre pommes-de-terre, "manzanas de la tierra"). Tradicionalmente la castaña puede consumirse cruda, aunque también cocida o asada. El marrón-glacé es un dulce de receta francesa que aumenta enormemente el valor energético de las castañas.
Recientemente se ha fomentado el reaprovechamiento de la castaña mediante la oferta de productos tradicionales como el aguardiente de castaña, la crema de castaña, el pan de castaña, etc., pero en los últimos años ha continuado una tendencia a la caída de su producción y consumo.